La actividad pedagógica en torno a la utilización del espacio escolar como sustrato para la realización de actividades de aproximación al medio y las acciones humanas implicadas en su aprovechamiento hacen del huerto escolar ecológico una herramienta multidisciplinar que permite fomentar el trabajo en grupo y el conocimiento del trabajo en el campo y la consiguiente valoración de una actividad, la agricultura, actualmente en retroceso, que constituye un pilar fundamental para el desarrollo de una economía sostenible y un aspecto esencial de nuestro paisaje rural y de las acciones tendentes a la conservación de nuestro patrimonio natural y medioambiental.
Así debemos destacar la importancia del acercamiento del alumnado a la cultura rural y agrícola como recurso educativo para una educación ambiental enfocada a la resolución de problemas y al desarrollo sostenible, donde la agricultura de autoabastecimiento y ecológica representa uno de los pilares básicos de nuestro futuro.
Por otro lado la necesidad de recuperar el acervo histórico y cultural de un pueblo enraizado en su tierra, un pueblo que ha desarrollado estrategias específicas en su relación con el medio, que se expresa en tradiciones agrícolas aún perdurables, hacen obligado el incorporar a la cultura escolar este recurso vivencial y etnográfico de primer orden como fórmula para identificar a la actual y futuras generaciones con el lugar en que viven.
El huerto escolar constituye un modelo a escala reducida de la organización y de las relaciones entre el ser humano y la naturaleza y, con las dificultades que comporta el uso de modelos en didáctica, puede potenciar la comprensión de los conceptos sistema y medio ambiente.
Así debemos destacar la importancia del acercamiento del alumnado a la cultura rural y agrícola como recurso educativo para una educación ambiental enfocada a la resolución de problemas y al desarrollo sostenible, donde la agricultura de autoabastecimiento y ecológica representa uno de los pilares básicos de nuestro futuro.
Por otro lado la necesidad de recuperar el acervo histórico y cultural de un pueblo enraizado en su tierra, un pueblo que ha desarrollado estrategias específicas en su relación con el medio, que se expresa en tradiciones agrícolas aún perdurables, hacen obligado el incorporar a la cultura escolar este recurso vivencial y etnográfico de primer orden como fórmula para identificar a la actual y futuras generaciones con el lugar en que viven.
El huerto escolar constituye un modelo a escala reducida de la organización y de las relaciones entre el ser humano y la naturaleza y, con las dificultades que comporta el uso de modelos en didáctica, puede potenciar la comprensión de los conceptos sistema y medio ambiente.
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